A inicios del mes de junio de 1955, en ocasión de una visita a Mexicali del Sr. Delegado Apostólico de la Baja California, Don Alfredo Galindo y Mendoza (aún no había aquí obispos), un grupo de padres de familia se acercaron a él para solicitarle la creación de una escuela para varones (solo existía el Colegio Frontera, con sus secciones de primaria y secundaria para niñas). En su visita el Sr. Galindo era acompañado por el Padre Javier Esparza, a quien conocía desde joven y sabía de su capacidad y grandes dotes de liderazgo, por lo que le llamo y dijo:
- “A ver, Padre Javier, los Señores nos están solicitando crear una escuela de formación para sus hijos varones. ¿Cree usted que sea posible?”.
- “Claro que si Sr. Con la ayudad de Dios, el apoyo de ellos como papás y el suyo como mi autoridad, por supuesto que podemos hacerlo”.
- “Pues hágalo Padre Javier”.
- “A ver, Padre Javier, los Señores nos están solicitando crear una escuela de formación para sus hijos varones. ¿Cree usted que sea posible?”.
- “Claro que si Sr. Con la ayudad de Dios, el apoyo de ellos como papás y el suyo como mi autoridad, por supuesto que podemos hacerlo”.
- “Pues hágalo Padre Javier”.
Prácticamente ahí mismo nació el Salvatierra, cuando nuestro fundador se puso a recabar los nombres de los que serían los primeros alumnos.
Al día siguiente el P. Javier inició la tarea. Empezó por elaborar un modesto proyecto para establecer una secundaria y con el bajo el brazo fue a visitar a las autoridades educativas de quienes consiguió el apoyo necesario, no sin dificultades. Enseguida -y en plenas vacaciones- se dio a la tarea de encontrar un salón de clases para iniciar actividades; en mente tenía ya un colegio aún sin
aulas ni edificio, más empezaba a tener ya lo más importante: alumnos.
Para abrir el primer año de secundaria, solicitó y obtuvo el apoyo de la Hna. Rosaura Camino, religiosa Mercedaria Directora del Colegio Frontera y obtuvo a préstamo -dentro de esa escuela- el que sería el primer salón de clases del Instituto Salvatierra. Así, con voluntad y determinación, sin recursos pero con mucha fe, el Padre Javier reunió a los 44 alumnos que formaron aquel primer año de secundaria que inició clases el 17 de septiembre del mismo año.
Pero la obra apenas iniciaba: al mismo tiempo busco y logro apoyos para la construcción que el Instituto ocupo los siguientes 60 años por Justo Sierra, de donde egresaron 118 generaciones de Secundaria y Bachillerato, jóvenes que han participado y dado sentido al compromiso del Salvatierra, al que como sello de su ser y actuar nuestro fundador impuso el lema que orgullosamente conservamos:
“EL TRABAJO TODO LO VENCE”.
Intégrate a la familia Salva y sé parte de la experiencia educativa que se quedará contigo el resto de tu vida. ¡Ven al Salva!